martes, 23 de diciembre de 2014

LA ESCLAVITUD NO ES COSA DEL PASADO...

Cuando hablamos de esclavitud, normalmente lo hacemos desde una perspectiva muy lejana, viajando en el tiempo unos 150 años atrás donde el tráfico de esclavos de África a América era algo  normal en aquella época. Ahora lo calificamos como algo inhumano, sin sentido y cruel, como algo que fue abolido en el año 1862.
Sin embargo, esta práctica no está tan lejana a nosotros porque en pleno siglo XXI no se puede afirmar que no existe esclavitud.

Es triste tener que decir que la esclavitud no para de crecer y que son casi 30 millones las personas que viven a día de hoy como esclavos. Los diez países donde se concentra el 76% de la esclavitud mundial son: India, China, Pakistán, Nigeria, Etiopía, Rusia, Tailandia, República Democrática del Congo, Birmania y Bangladesh.

Este problema no sólo está presente en países en vías de desarrollo, ya que el trabajo forzoso es una forma de esclavitud no muy diferente a la existente hace 150 años. El trabajo forzoso no incluye la propiedad sobre la persona pero implica una restricción de la libertad individual. La OIT estima que actualmente existes unas 2,3 millones de personas víctimas del trabajo forzoso en el mundo, de los cuales un 50% son menores de edad.

Otra forma de esclavitud es la servidumbre por deudas. Se basa en abusos a los trabajadores migrantes los cuales son discriminados, se les retienen los salarios, el pasaporte...siendo todas estas prácticas una violación de los derechos humanos. Este tipo de esclavitud se da sobre todo en Asia y América Latina, países en los que comprometen su trabajo como garantía de pagar deudas o anticipar el salario quedando así varias generaciones de esa familia en servidumbre por deudas.

Otro tipo de esclavitud es la trata de personas. Esta es la forma de esclavitud más antigua y se trata de “ captación, transporte, traslado o acogida de personas recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, fraude, engaño, abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación”. En el caso de la trata de personas  los fines pueden se la explotación sexual y abuso, prostitución, servidumbre e incluso extracción de órganos. Este tipo de esclavitud afecta por igual a países en desarrollo como a países ricos.

En la próxima entrada os hablaré de las medidas que se pueden hacer al respecto desde la perspectiva de Enfermeras Para el Mundo.








¡LA ESCLAVITUD ES LA LIBERTAD AMARRADA!



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