viernes, 12 de diciembre de 2014

Ayuda a nivel local o internacional... ¿A qué lado se inclina más la balanza?

Es cierto que las ayudas de Fundación Probitas no están estrictamente dirigidas en una sola dirección. Se proporcionan recursos tanto a los países extranjeros como a nuestro país, pero, en ocasiones, a la fundación se le presenta un dilema... ¿A quién se le da prioridad?

Actualmente, nos encontramos ante una situación muy poco favorecedora en España. Estamos inmersos en una crisis que afecta en todos los ámbitos, incluyendo a las organizaciones solidarias, en este caso a FP. La falta de recursos impide que la fundación pueda hacer frente a las demandas nacionales e internacionales a la vez, por lo que decidieron celebrar la I jornada de debate organizada por la Fundación Probitas y la Fundación Víctor Grifols i Lucas con el fin de solucionar este problema.
En la jornada se trataron varios puntos mediante la realización de dos mesas de debate. La primera sobre las "Experiencias prácticas en cooperación internacional y acción social" donde se expusieron algunas iniciativas de éxito que apuestan por la innovación y por una nueva forma de organizarse y buscar nuevos recursos económicos con la utilización de la tecnología.
La segunda sobre la "Solidaridad local versus cooperación internacional. ¿Cómo priorizar?". Se introdujo el dilema a todos los colaboradores del debate y se llegó a la conclusión de que el problema estaba mal planteado, que no se estaba haciendo la pregunta correcta. Al estar preguntando a quién se da prioridad se está afirmando que el gran enemigo de los pobres españoles son los pobres extranjeros, que compiten por ayudas, trabajo, comida, asistencia sanitaria... Pero... ¿acaso no tenemos los mismos derechos unos y otros? Resultaría irónico que una ONG violase esos derechos que tanto defiende. Por lo tanto, la pregunta no es a quién se le proporciona la ayuda y a quién no, sino qué hacer para poder proporcionar la ayuda a todos. Para solventar este problema hay que actuar en conjunto, llegar "a los de arriba", a "los que tienen el poder" y dirigen la economía mundial; los bancos, las multinacionales. Si se consiguiese modificar las normas actuales de la economía global la mayoría de los déficits en Derechos Humanos serían seguramente evitables, se podría mejorar la calidad de vida de las personas, y las cifras lo demuestran. En los últimos 100 años han fallecido alrededor de 200 millones de personas debido a las guerras y a las dictaduras, mientras que en los últimos 25, la pobreza ha acabado con la vida de más de 400 millones de personas.


Pero esto no es tan fácil. Todavía queda mucho camino por recorren. Un camino difícil y lleno de obstáculos que solo se podrá finalizar si nos colaboramos entre todos y tenemos perseverancia. 


Funete: http://www.fundacionprobitas.org