El mundial celebrado en Brasil este año 1014 fue una excelente oportunidad para el país, no sólo porque ingresó una cantidad de dinero considerable, sino también porque ha podido mostrarse al mundo como una potencia emergente, con muchas posibilidades.
La cara amarga de este mundial es la creciente demanda de prostitución que se dio durante la duración del evento. De echo fue tan fuerte la subida, que muchas niñas fueron explotadas sexualmente para satisfacer las demandas de los aficionados locales y de los turistas extranjeros que viajaron al país.
A pesar de esto, la causa del el problema no es el mundial en si, si no el tipo de prostitución que se practica en el país, ya que existen estudios que afirman que el 75% de los clientes de la prostitución de menores son Brasileños. Además de esta tendencia interna, en determinados momentos como pueden ser grandes eventos como los carnavales o fiestas de fin de año, la prostitución infantil crece todavía más, y uno de estos eventos que trajo consigo la desgracia de el abuso de menores fue el mundial de 2014.
La realidad fue que aproximadamente unos 600.000 de turistas acudieron al mundial, y gastaron sobre 25.000 millones de reales en total. A pesar de estos excelentes ingresos, muy poco dinero fue invertido para evitar esta injusta situación. Se estima que el número de menores afectados por este problema en 2012 fue de medio millón.
El verdadero problema que se percibe de fondo lo manifiesta Denise Cesario, gerente de la fundación asociada local de la ONG "Save the Children". Denise se queja de que el gobierno no esta destinando fondos suficientes como para poder acabar con la prostitución de las niñas y que mucho menos esta dedicando ni tiempo ni ganas a la solución de este problema.
Fuente: http://www.eluniverso.com/
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